Averroes fue un importante intelectual del
siglo XII que vivió en la región hoy conocida como España y una buena parte de
Portugal, justamente un siglo antes de Tomás de Aquino. Al- andalus se llamaba en vida de nuestro pensador
y conforma la región más avanzada de la época: El primer Renacimiento europeo
se produce a la altura del siglo X, el desarrollo urbanístico de Córdoba, la
capital del califato, contaba con más de:
“500.000 habitantes, más de 300 baños públicos
y 28 arrabales, ninguna ciudad europea podía competir entonces con ella. Un
detalle significativo: según una fuente árabe, era posible caminar por Medina Zahara
y al-Zahira a la luz de las lámparas por espacio de diez millas sin
interrupción alguna” (Sobre el concepto de materia en Averroes)
Para Ernst
Bloch, dice Rafael Ramón Guerrero en Sobre
el concepto de materia en Averroes,
"los filósofos del mundo islámico fueron
hombres que pensaron la realidad en términos científicos-naturales. En efecto,
fecundando todo el pensar filosófico árabe, hallamos que una de las
preocupaciones fundamentales fue el no haber querido expresar la fe de manera
asequible al entendimiento del creyente, sino 'revisar la religión a la luz del
entendimiento'. Con ello lo que se proponían era ofrecer una reflexión sobre el
universo, su ordenación y estructura, que diera cumplida explicación científica
de todo cuanto acontece de manera natural. Es cierto que muchas veces se
dedicaron a interpretar, aunque fuera en términos naturales, as suras
coránicas, y que del lenguaje se sirvieron no se vio libre de utilizar términos
y conceptos religiosos, teológicos e, incluso, místicos, pero esto era para
ellos algo inevitable, al estar insertos en el ambiente religioso propio de la
comunidad musulmana en la que vivían.
Lo que les impulsó a estudiar la realidad que
les rodeaba con ojos científicos y naturalistas fue la invitación coránica de
usar la razón, puesto que el Corán propicia una investigación racional de la
naturaleza, como ya lo reconoció el propio Averroes cuando afirmó:
Que la revelación invite a
considerar por la razón (bi-l-‘aql) los seres existentes y a buscar por medio
de ella su conocimiento, es cosa bien manifiesta en más de una aleya del Libro
de Dios. Así, por ejemplo, dice: ‘Considerad, ¡oh vosotros!, los que tenéis entendimiento’
(Corán, 59:2). Este es un texto que prueba la necesidad de emplear el raciocinio
intelectual (al-qiyas al-áqlí), o el racional y el religioso a la vez (al-áqlí
wa-l-sar´i ma’an). Asimismo dice en otro lugar: ‘Y ¿por qué no ponen su atención
en el reino de los cielos y de la tierra y en lo que Dios creó?’ (Corán, 7:184).
Éste es también un texto que exhorta al estudio reflexivo de todos los seres
Esta invitación coránica a hacer uso
del entendimiento y del razonamiento con el fin de ampliar el conocimiento dado
por la revelación, mediante la observación y la contemplación del universo, se
convierte en uno de los fundamentos de la investigación científica en el mundo
islámico. La importancia que el Corán concede a la razón ha sido subrayada por
S.H. Nasr, quien ha mostrado que el papel asignado al intelecto en el islam es
unos de los puntos en que se distingue del cristianismo, pues mientras que éste
es esencialmente un camino de amor, el islam es una cierta forma de
gnosticismo, que tiene como propósito guiar al creyente hacia las realidades
espirituales”
Fragmento tomado de Sobre el concepto de materia en Averroes
Por Rafael Ramón
Guerrero
En este fragmento sobre uno de los pensadores
más importantes del medievo “europeo”, se esboza una las particularidades, no sólo
de Averroes, sino del pensamiento islámico en general, consistente en la
armonía que debía establecerse entre la verdad revelada y la razón- entiéndase
aquí como el uso de discurso, logos, en relación con la recolección de datos empíricos-.
Para la civilización islámica, la fe no tiene como enemiga a la ciencia siendo
por ello que se debe ser un creyente
que un hombre de ciencia.
Y todo esto en la “edad media”, la cual no fue
sino un largo periodo en la historia de Europa, no mundial. No cabe sino
indicar que la sombra del pensamiento cristianocéntrico
ha dejado por fuera joyas valiosas de sabiduría y filosofía que vale la pena recuperar
por el bienestar de la humanidad.
Por Rogelio Acevedo