martes, 18 de septiembre de 2018

Recomendados-

El lado más oscuro del Renacimiento, por Walter Mignolo


El Renacimiento se escribe con mayúsculas, evocando un gran acontecimiento, la salida de la oscura Edad Media. El retomar las riendas del mundo guiados por la luz de la razón. Lo cierto es que, por más luminoso que pareciese, esta época de la historia europea tiene un lado muy oscuro: La conquista y el encubrimiento de los pueblos originarios.  En lugar de ser el Renacimiento un fenómeno universal, como pretenden muchos, fue una forma de legitimar la negación de saber otros.
Walter Mignolo, lingüista des-colonial, presenta en su libro El lado más oscuro del Renacimiento, una serie de problemas, temas y sucesos relacionados con el ocultamiento y negación de los saberes de los pobladores de América, antes que esta región recibiera ese nombre.
En el capítulo 2, intitulado La materialidad cultural de la lectura y la escritura: la cadena de sonidos, los signos gráficos y lo portadores de signos; dice, en relación a la pregunta: ¿Quién dice que ese objeto es un libro?, lo siguiente:

Que el Libro Sagrado era la expresión de la Palabra Divina y el libro humano un contenedor de conocimientos e inscripción de la voz humana en escritura alfabética fue dado por hecho durante el siglo XVI y la idea todavía tiene validez en las comunidades de creyentes [...] Por lo tanto, cuando un misionero, un soldado educado o un letrado fueron expuestos a los artefactos que los mexicas llamaron amoxtli  y los mayas vuh  los describieron como objetos plegados como un acordeón y tradujeron estos como "libro". En China y Japón, durante el siglo XV eran comunes las narrativas pintadas en pantallas plegadas y rollos colgados mientras el libro encuadernado, familiar a los letrados europeos [..] era probablemente desconocido (Mignolo, 2017, pág. 110)

La idea de libro, creada alrededor de la revelación divina y sustentada en un sistema sígnico de caracteres alfabéticos, impidió reconocer otras formas de “guardar” la palabra, como los amoxtli, los vuh las grandes pantallas chinas o japonesas; con lo que puede decirse que son muy pobres nuestras formas actuales de lecturas. Así como nativos amerindios se sorprendieron que no entendieron cómo era posible que las palabras habladas pudieras ser llevadas en la distancia y pronunciadas por alguien que no las escuchó (Mignolo, 2017); nosotros pudiéramos sorprendernos de las técnicas comunicativas basadas en pictogramas o dibujos que expresaban ideas muy complejas, ideas que creemos sólo se pueden trasmitir en un sistema alfabético.
Una invitación, entonces, a leer este interesante libro.

Rogelio Acevedo.




No hay comentarios:

Publicar un comentario