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El lado más oscuro del Renacimiento, por Walter Mignolo
El Renacimiento se escribe con mayúsculas,
evocando un gran acontecimiento, la salida de la oscura Edad Media. El retomar
las riendas del mundo guiados por la luz de la razón. Lo cierto es que, por más
luminoso que pareciese, esta época de la historia europea tiene un lado muy
oscuro: La conquista y el encubrimiento de los pueblos originarios. En lugar de ser el Renacimiento un fenómeno
universal, como pretenden muchos, fue una forma de legitimar la negación de
saber otros.
Walter Mignolo, lingüista des-colonial,
presenta en su libro El lado más oscuro del Renacimiento, una serie de
problemas, temas y sucesos relacionados con el ocultamiento y negación de los saberes
de los pobladores de América, antes que esta región recibiera ese nombre.
En el capítulo 2, intitulado La materialidad
cultural de la lectura y la escritura: la cadena de sonidos, los signos
gráficos y lo portadores de signos; dice, en relación a la pregunta: ¿Quién
dice que ese objeto es un libro?, lo siguiente:
Que el Libro Sagrado era la
expresión de la Palabra Divina y el libro humano un contenedor de conocimientos
e inscripción de la voz humana en escritura alfabética fue dado por hecho
durante el siglo XVI y la idea todavía tiene validez en las comunidades de
creyentes [...] Por lo tanto, cuando un misionero, un soldado educado o un
letrado fueron expuestos a los artefactos que los mexicas llamaron amoxtli
y los mayas vuh los describieron como objetos plegados como
un acordeón y tradujeron estos como "libro". En China y Japón,
durante el siglo XV eran comunes las narrativas pintadas en pantallas plegadas
y rollos colgados mientras el libro encuadernado, familiar a los letrados
europeos [..] era probablemente desconocido (Mignolo, 2017, pág. 110)
La idea de libro, creada alrededor de la
revelación divina y sustentada en un sistema sígnico de caracteres alfabéticos,
impidió reconocer otras formas de “guardar” la palabra, como los amoxtli, los
vuh las grandes pantallas chinas o japonesas; con lo que puede decirse que son
muy pobres nuestras formas actuales de lecturas. Así como nativos amerindios se
sorprendieron que no entendieron cómo era posible que las palabras habladas
pudieras ser llevadas en la distancia y pronunciadas por alguien que no las
escuchó (Mignolo, 2017) ; nosotros pudiéramos
sorprendernos de las técnicas comunicativas basadas en pictogramas o dibujos
que expresaban ideas muy complejas, ideas que creemos sólo se pueden trasmitir
en un sistema alfabético.
Una invitación, entonces, a leer este interesante
libro.
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